La NASA ha dado un paso decisivo en su ambicioso plan para establecer una presencia humana permanente en la Luna: la instalación de un reactor nuclear en miniatura. Este proyecto, que forma parte de la estrategia del programa Artemis, busca garantizar un suministro de energía constante en un entorno donde las condiciones son extremas y la dependencia de la energía solar es inviable.
El mayor desafío para cualquier base lunar es la falta de luz solar durante las noches lunares, que duran catorce días terrestres. En este período de oscuridad total, los paneles solares no pueden generar la energía necesaria para mantener operativos los sistemas de soporte vital, los hábitats o los equipos robóticos. Por esta razón, la NASA ha optado por desarrollar un reactor nuclear modular (SMR), un dispositivo compacto, con un peso inferior a 15 toneladas, capaz de generar 100 kilovatios de electricidad —equivalente al consumo de 80 hogares en la Tierra— y diseñado para funcionar en las condiciones más adversas del espacio.
Este reactor utilizará un sistema de conversión Brayton para transformar el calor en energía eléctrica, y estará equipado con mecanismos de seguridad automáticos para evitar cualquier riesgo. Su implementación no solo resolverá el problema energético en la Luna, sino que también sentará las bases para futuras misiones a Marte, donde la energía nuclear será aún más crítica debido a las largas noches y las distancias involucradas.
El programa Artemis, que prevé el regreso de los humanos a la Luna para 2027, depende en gran medida de este reactor. Sin embargo, algunos expertos cuestionan si la tecnología estará lista a tiempo, dado el complejo desafío técnico y regulatorio que implica. Aun así, la energía nuclear se ha convertido en un elemento clave en la nueva carrera espacial, donde el objetivo ya no es solo llegar primero, sino establecer una presencia sostenible en el espacio.
Con este proyecto, la NASA no solo busca resolver un problema técnico, sino también demostrar su liderazgo en una era donde la energía será el recurso más valioso para la colonización de la Luna y otros planetas.