China anunció este lunes una donación de 7 millones de dólares en ayuda humanitaria para Afganistán, tras el terremoto de magnitud 6.0 que sacudió el este del país el domingo, dejando un saldo de 1,457 muertos y 3,394 heridos. La ayuda, que incluye tiendas de campaña, mantas, alimentos y otros suministros esenciales, fue solicitada por el gobierno afgano y busca aliviar la crisis en las provincias más afectadas: Nangarhar, Kunar y Laghman.
El sismo destruyó miles de viviendas construidas con piedra y barro, materiales que no resistieron la fuerza de las sacudidas. Las operaciones de rescate han pasado a una fase de recuperación de cuerpos, tras agotarse el plazo de 72 horas para encontrar supervivientes. Las autoridades talibanes han advertido que la cifra de víctimas podría aumentar, dado el difícil acceso a las zonas montañosas.
La ayuda china llega en un momento en que Afganistán enfrenta graves desafíos logísticos para distribuir los suministros. Las carreteras bloqueadas han obligado a las organizaciones humanitarias a utilizar puentes aéreos y convoyes terrestres, mientras las réplicas, como la de 4.7 grados registrada este jueves, mantienen en alerta a la población.
El terremoto ha expuesto la fragilidad de Afganistán ante desastres naturales, agravada por la crisis económica y política que vive el país. La comunidad internacional ha comenzado a responder, pero los expertos coinciden en que se necesitará más apoyo para reconstruir las zonas devastadas y atender a los miles de afectados. La donación de China es un paso importante, pero el camino hacia la recuperación será largo y difícil.
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