El 31 de marzo de 1995, la cantante Selena Quintanilla Pérez fue asesinada a los 23 años por un disparo en la espalda. Ese día, en un hotel de Corpus Christi, Texas, una recepcionista vio a Selena corriendo por el vestíbulo, herida y acusando a Yolanda Saldívar de haberle disparado.
Shauna Bella, la recepcionista del hotel Days Inn, fue una de las testigos clave en el juicio contra Saldívar. Su testimonio, junto con el de otros empleados, reveló que Selena, con las manos en el pecho y la puerta del vestíbulo manchada de sangre, pidió ayuda y nombró a Saldívar como la responsable del ataque.
Las últimas palabras de Selena fueron: «Yolanda. Cuarto 158. Por favor, cierre la puerta, Yolanda me va a disparar». La subgerente Rosalinda González y otros empleados como Rubén De León y Trinidad Espinosa confirmaron la versión, asegurando que vieron a Saldívar persiguiendo a Selena con un arma.
La defensa de Saldívar argumentó que el disparo fue accidental durante una discusión sobre negocios. Sin embargo, los fiscales señalaron que Selena estaba en el hotel para recoger documentos de negocios que Saldívar tenía en su poder. Tras el disparo, Saldívar permaneció en su camioneta cerca del hotel, amenazando con suicidarse.
