«La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo» (Juan 14:27). En un mundo donde la paz parece esquiva, Jesús nos ofrece un regalo eterno: una paz que no depende de las circunstancias, sino de su amor y presencia en nuestras vidas.
Una paz que trasciende lo externo
La paz que el mundo ofrece es temporal y frágil: depende de tener todo bajo control, de no enfrentar problemas o de sentirnos seguros. Pero la paz de Jesús es diferente. No se basa en lo que nos rodea, sino en quién Él es: nuestro Salvador, nuestro Refugio y nuestra Esperanza.
No temas, Él está contigo
Jesús no nos promete un camino sin dificultades, pero sí nos asegura que no estaremos solos en ellas. Cuando el miedo o la ansiedad intenten dominarte, recuerda sus palabras: «No se turbe vuestro corazón». Su paz es más fuerte que cualquier tormenta, y su amor es más grande que cualquier miedo.
Confía en su promesa
Muchas veces, nuestra paz se ve afectada porque ponemos nuestra confianza en cosas temporales: el trabajo, las relaciones, el dinero o la salud. Pero Jesús nos invita a descansar en Él. Su paz no se compra, no se negocia y no se pierde. Es un regalo que Él ya te ha dado, y solo necesitas aceptarlo y vivir en él.
Hoy, elige su paz
No importa lo que estés enfrentando hoy: una crisis, una incertidumbre o un miedo profundo. Jesús te dice: «Mi paz os doy». No es una paz que dependa de lo que suceda, sino una paz que fluye de su corazón al tuyo. Abre tu corazón y déjale llenarte con su paz.
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