El proyecto «Destino La Romana Accesible» ha transformado no solo la infraestructura turística de La Romana-Bayahíbe, sino también la vida de miles de personas con discapacidad que ahora pueden disfrutar de las playas, hoteles y atracciones sin barreras. Estas son algunas de las historias que demuestran el impacto humano de este iniciativa pionera en República Dominicana.
Carlos Martínez, un turista con discapacidad motriz, visitó La Romana-Bayahíbe por primera vez en 2025 y quedó impresionado por las adaptaciones realizadas. «Antes, viajar a la playa era un desafío. Siempre necesitaba ayuda para moverme en la arena o para entrar al mar», comentó. «Ahora, con las pasarelas y las sillas anfibias, puedo disfrutar del mar sin depender de otros. Esto es turismo real, donde todos somos bienvenidos».
María López, una turista con discapacidad visual, también compartió su experiencia. «Nunca podía disfrutar de los tours porque no había audiodescripción. Ahora, con los tours con audiodescripción y la señalética en braille, por fin me siento parte del viaje», dijo. María ahora trabaja como guía turística en el destino, gracias a la capacitación en atención inclusiva que recibió como parte del proyecto.
Ana García, una residente local con discapacidad auditiva, destacó cómo el proyecto ha mejorado su calidad de vida. «Los empleados de los hoteles ahora saben lenguaje de señas. Mis hijos ven que todos somos bienvenidos, y eso es un ejemplo maravilloso para ellos», comentó. Ana ahora forma parte del equipo de un hotel local, donde trabaja en el área de atención al cliente.
El proyecto también ha generado oportunidades de empleo para personas con discapacidad. Más de 500 empleados han sido capacitados en atención inclusiva, y muchos de ellos son personas con discapacidad que ahora tienen un trabajo estable en el sector turístico. «Este proyecto no solo beneficia a los turistas, sino que empodera a la comunidad local», dijo Rafael Blanco, expresidente de Asonahores.
Las playas de Dominicus y Bayahíbe han sido adaptadas con pasarelas de madera tratada, sillas anfibias para acceso al mar, zonas de sombra accesibles y baños públicos adaptados. Estas mejoras han permitido que personas con discapacidad disfruten del mar de manera independiente. «Ver a un niño con discapacidad reírse en el mar es la mejor recompensa», comentó Andrés Fernández, presidente de la AHRB y del CTRB.
El impacto social del proyecto va más allá de la infraestructura. Ha generado un cambio cultural en la industria turística dominicana, demostrando que la accesibilidad no es un gasto, sino una inversión en equidad y sostenibilidad. «Este proyecto va más allá de la infraestructura, representa un cambio de mentalidad, una apuesta por la inclusión y la equidad», subrayó Ana García-Sotoca, directora ejecutiva de AHRB y CTRB.
Con este logro, La Romana-Bayahíbe se consolida como un referente en turismo accesible, posicionando a República Dominicana en la vanguardia regional de destinos inclusivos y sostenibles. El próximo paso es replicar este modelo en otros destinos del país, como Punta Cana y Samaná, para 2026. «Queremos que todo el país sea accesible. La Romana es solo el comienzo», afirmó David Collado, ministro de Turismo.
Este proyecto demuestra que el turismo accesible no solo es una obligación, sino una oportunidad para crear experiencias memorables para todos. «Este es el turismo del futuro: inclusivo, justo y sostenible», concluyó García-Sotoca.