La insuficiencia renal es una condición en la que los riñones no funcionan correctamente, lo que impide la adecuada filtración de desechos de la sangre. Puede ser aguda, con síntomas repentinos, o crónica, avanzando lentamente y asociada a enfermedades como la diabetes o la hipertensión. Reconocer los síntomas tempranos es crucial para un tratamiento efectivo.
Uno de los primeros signos es la retención de líquidos, que causa hinchazón en el abdomen, pies, tobillos o alrededor de los ojos. Los cambios en la frecuencia urinaria, como la necesidad urgente de orinar o la producción reducida de orina, también son indicios de problemas renales. La espuma en la orina, causada por proteínas, y los cambios en su color, que puede volverse más oscuro, son otras señales de alerta.
La sangre en la orina (hematuria) puede indicar infecciones o cálculos renales, mientras que la picazón en la piel y la sequedad cutánea son síntomas comunes debido a la acumulación de toxinas. El dolor en la zona lumbar y la presión arterial alta también están relacionados con la insuficiencia renal, ya que los riñones dañados no regulan adecuadamente el sodio y el agua.
Finalmente, la fatiga y el cansancio persistente son síntomas frecuentes, ya que la acumulación de desechos tóxicos afecta el funcionamiento del cuerpo. Si experimentas alguno de estos síntomas, busca atención médica para un diagnóstico y tratamiento oportunos.