Una potente explosión sacudió este miércoles el distrito de Iztapalapa, en Ciudad de México, cuando un camión cisterna que transportaba gas volcó bajo un puente y estalló en llamas. El saldo trágico dejó cuatro personas fallecidas y 90 heridos, varios de ellos con quemaduras graves que requirieron atención de emergencia. Las autoridades confirmaron que entre los lesionados hay ocupantes de otros vehículos y transeúntes que resultaron afectados por la onda expansiva y el fuego.
Las imágenes del siniestro, difundidas en redes sociales, muestran el momento del estallido: llamaradas gigantes que se elevaron hacia el cielo, vehículos calcinados y personas corriendo desesperadas para ponerse a salvo. Entre los videos más impactantes destaca el de una mujer con un bebé en brazos, ambos con quemaduras visibles, así como el de dos hombres con la ropa y la piel quemadas, que intentaban alejarse del lugar. La escena del caos se extendió por horas, con bomberos luchando para controlar el incendio y evitar una segunda explosión, mientras los servicios de emergencia evacuaban a los heridos en helicópteros y ambulancias.
En los hospitales de la zona, familiares de las víctimas se agolparon durante la noche buscando información sobre sus seres queridos. La alcaldesa Clara Brugada confirmó que 10 de los heridos ya fueron dados de alta, pero advirtió que otros permanecen en estado crítico, con quemaduras que cubren gran parte de sus cuerpos. Mientras tanto, la fiscalía inició una investigación para determinar las causas del accidente, que según informes preliminares podría estar relacionado con irregularidades en los permisos de operación del vehículo. Una entidad federal reveló que la empresa dueña del camión no contaba con la póliza de seguro necesaria para transportar gas, lo que añade un componente de negligencia a la tragedia.
El incidente también afectó la movilidad en una de las zonas más pobladas del país, con 1.8 millones de habitantes. La humareda alcanzó una estación del trolebús, lo que obligó a suspender temporalmente el servicio de metro y buses articulados, generando caos en una ciudad donde el transporte público ya enfrenta desafíos diarios. Los daños materiales incluyen 28 vehículos afectados, algunos completamente calcinados, y un puente con estructuras dañadas por el calor intenso.
Esta explosión reavivó el recuerdo de tragedias similares en México, como la de Tlahuelilpan en 2019, donde un ducto saqueado estalló y dejó 137 muertos. Aunque las causas del siniestro en Iztapalapa aún se investigan, el caso pone en evidencia los riesgos de transportar combustibles en zonas densamente pobladas y la urgencia de reforzar los protocolos de seguridad. Mientras las víctimas y sus familias intentan recuperarse del shock, la ciudad enfrenta una vez más el dolor de una tragedia que, según las primeras investigaciones, pudo haberse evitado.