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Ajustar el termostato y aplicar estrategias de eficiencia energética puede reducir considerablemente los costos anuales de energía. Con el aumento continuo de los precios, los hogares buscan formas más efectivas de reducir sus gastos, especialmente en calefacción y refrigeración.

Entre abril de 2021 y abril de 2024, el costo de la electricidad aumentó un 24%, y se espera que esta tendencia continúe. Para afrontar esta situación, una de las tácticas más eficaces es gestionar de manera inteligente el uso del termostato.

¿Cuál es la temperatura ideal en el hogar para ahorrar energía?

El Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) indica que aplicar ciertos ajustes puede ahorrar hasta un 10% en los costos energéticos anuales. Mantener una temperatura adecuada según la estación y las horas del día es fundamental.

Verano: Ahorra sin sacrificar la comodidad

Durante los meses de verano, es recomendable fijar el termostato en 78°F (25,5°C) mientras estás en casa, y subirlo a 80°F (26,6°C) o más cuando no estés. El uso de ventiladores, cortinas y toldos complementa esta estrategia, ayudando a mantener el confort sin depender tanto del aire acondicionado.

Invierno: Calor eficiente para mantener tu hogar confortable

En invierno, se sugiere mantener el termostato entre 68°F (20°C) y 70°F (21°C) cuando estés en casa, y bajarlo cuando no haya nadie. Mientras duermes, reducir aún más la temperatura puede ayudar a disminuir el consumo de energía, optando por mantas adicionales en lugar de subir la calefacción.

Soluciones complementarias para aumentar la eficiencia del termostato

Además del ajuste del termostato, existen varias estrategias complementarias que pueden ayudar a reducir el consumo energético:

Ventiladores de techo: Estos permiten circular el aire, creando una sensación de frescura sin necesidad de utilizar el aire acondicionado.

Cortinas y toldos: Bloquear la luz solar directa con cortinas gruesas o toldos puede disminuir considerablemente el calor en el hogar.

Aislamiento adecuado: Un buen aislamiento en paredes y techos es clave para mantener el calor en invierno y el frescor en verano.

Soluciones a largo plazo: Bombas de calor

Para una solución más sostenible y a largo plazo, la instalación de una bomba de calor puede ser una inversión rentable. Según el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL), estas bombas pueden reducir las facturas de energía entre un 62% y un 95%, dependiendo de su eficiencia. Además, existen incentivos fiscales que pueden hacer más accesible su instalación.

Conclusión

Ahorrar en energía no significa sacrificar la comodidad en tu hogar. Ajustar el termostato de manera inteligente, junto con estrategias complementarias como el uso de ventiladores, cortinas y aislamiento adecuado, te permitirá reducir costos y prepararte para futuros aumentos en el precio de la electricidad.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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