El comunicador Luisín Jiménez reflexionó sobre el temple, una cualidad que describe como «un don que permite a algunas personas mantener la calma y actuar con lógica en situaciones críticas». Según Jiménez, esta virtud es esencial para tomar decisiones acertadas cuando otros se dejan llevar por el pánico.
Jiménez ilustró su punto con un ejemplo: «Si ocurre un accidente en la autopista Duarte, mientras algunos se descontrolan, quien tiene temple actúa: coordina la ayuda, contacta a la funeraria y resuelve». Para él, esta capacidad de mantener la compostura es una ventaja clave en momentos difíciles.
Aunque Jiménez reconoce que el temple puede cultivarse, advierte que es un proceso complejo: «Es casi innato. Se puede trabajar en ello, pero no todos lo logran».
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