Este versículo nos recuerda una poderosa promesa de Dios: no estamos solos en medio de nuestras cargas. El salmista, en un momento de angustia, nos anima a hacer lo que muchas veces olvidamos: entregar nuestras preocupaciones a Dios. “Echa sobre Jehová tu carga” no es una sugerencia pasiva, sino un llamado urgente a confiar plenamente. La palabra “echar” implica un acto decidido, como quien lanza algo pesado sabiendo que no puede cargarlo más.
A veces llevamos angustias por dentro, tratando de resolverlo todo con nuestras propias fuerzas. Pero este versículo nos enseña que la verdadera fortaleza está en reconocer nuestra debilidad y permitir que Dios sea nuestro sostén. “Él te sustentará” significa que Él te va a mantener firme, te va a dar el apoyo emocional, espiritual y físico que necesitas.
Además, la segunda parte del versículo es un bálsamo para el corazón: “No dejará para siempre caído al justo.” Esto quiere decir que, aunque atravesemos momentos de caída, Dios no nos dejará postrados. Puede que pasemos por pruebas, pero si caminamos en justicia, Dios intervendrá a su tiempo para levantarnos.
Confía en que Él está al tanto de tu situación. No importa cuán grande sea tu problema hoy, Dios es más grande. Libérate del peso que cargas y ponlo en las manos de Aquel que puede con todo.
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