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En los años 70, Philips era el segundo mayor fabricante de semiconductores del mundo, con más de 400,000 empleados y aproximadamente 90,000 trabajando en Países Bajos. Su primer contrato con los semiconductores se remonta a finales de la década de los 50 del siglo pasado.

Decadencia de Philips

Lo que se prometió en el título de este artículo es estrictamente cierto. Como explica Marc Hijink en su recién publicado y recomendable libro ‘Focus: The ASML Way’, durante la década de los años 70, Philips fue el segundo mayor fabricante de semiconductores del mundo. La competencia en ese mercado en aquel momento era la compañía estadounidense Texas Instruments, pero Philips tenía una larga trayectoria en el ámbito de la innovación y el desarrollo tecnológico.

Innovación y Desarrollo Tecnológico

A principios de los 70, Philips tenía más de 400,000 empleados y aproximadamente 90,000 trabajaban en Países Bajos. En aquella época, su negocio se sostenía principalmente sobre el diseño y la fabricación de televisores, radios, equipamiento médico, electrodomésticos y soluciones para iluminación. Su portafolio no estaba nada mal, aunque su verdadera fortaleza era que absolutamente todo se diseñaba y se fabricaba dentro de Philips. Hoy, esta estrategia resultaría impracticable.

Primer Contrato con Semiconductores

Sea como sea, si nos ceñimos a la producción de circuitos integrados, en aquel momento también había sido ideados y fabricados por ingenieros de la propia compañía. De hecho, su primer contrato con los semiconductores se remonta a finales de la década de los 50 del siglo pasado. En aquel momento, la cúpula directiva de Philips se dio cuenta del enorme potencial que tenían los chips y decidió crear varios centros de investigación, así como colaborar con universidades y laboratorios tecnológicos.

Alianza con ASM International

ASML es el resultado de una alianza inspirada. Durante las décadas de los años 60 y 70, Philips ya era un gran emporio tecnológico. A principios de los 80, había adquirido mucha experiencia en el ámbito de la fabricación de semiconductores, pero la industria demandaba cada vez chips más pequeños y capaces. Estos requisitos representaban un desafío técnico para los ingenieros de la compañía, por lo que en 1984 la cúpula directiva de Philips tomó una decisión muy importante: decidió asociarse con la empresa neerlandesa ASM International (Advanced Semiconductor Materials).

Nacimiento de ASML

El propósito de esta alianza era aprovechar la dilatada experiencia de Philips en el ámbito de la fabricación de equipos de fotolitografía, y el conocimiento de ASM en los procesos de fabricación de circuitos integrados para diseñar y fabricar equipos fotolitográficos de vanguardia. El resultado de esta colaboración fue el nacimiento de ASML (Advanced Semiconductor Materials Lithography), la compañía neerlandesa que lidera la industria de la producción de estas máquinas de litografía de ultravioleta profundo (UVE).

Actualmente

Actualmente, todas las empresas que producen semiconductores avanzados tienen en sus plantas las máquinas de litografía de ultravioleta profundo (UVP) o ultravioleta extremo de ASML. Algunas de ellas son TSMC, Samsung, Intel, SK Hynix, Micron Technology, SMIC o UMC. No obstante, una vez que hemos llegado a este momento, es razonable que nos preguntemos por qué Philips ya no es un actor relevante en la industria de la fabricación de circuitos integrados. En ‘Focus: The ASML Way’, Marc Hijink nos cuenta que después de la creación de ASML, Philips se acomodó. Sus fábricas de chips perdieron competitividad y poco a poco dejaron de ser capaces de desarrollar los semiconductores requeridos por el mercado.

Conclusión

Jon Yu, el responsable de la newsletter The Asianometry, sugirió esencialmente lo mismo durante la conversación que ha mantenido con Ben Thompson, el autor de la interesantísima publicación Stratechery. «Según cuentan en ASML, Philips fracasó. Era una empresa con demasiada burocracia y demasiado aferrada a sus costumbres. Es algo similar a lo que sucedió con los japoneses en los años 90. Philips ya había cumplido su ciclo y merecía concluir, aunque al parecer vendió sus participaciones demasiado pronto». Es una lástima. Y lo es porque no cabe duda de que en la coyuntura actual a Europa le vendría de maravilla tener dos compañías líderes en semiconductores.

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