Algunos políticos y comentaristas de derecha popularizan teorías de la conspiración que avivan los temores de la población blanca estadounidense y, según expertos, podrían contribuir a la radicalización de EE. UU.
En 2018, al interior de una sinagoga de Pittsburgh, un hombre blanco con antecedentes de publicaciones antisemitas en internet disparó contra 11 fieles, pues culpaba a los judíos de permitir el ingreso de inmigrantes “invasores” a Estados Unidos.
Al año siguiente, otro hombre blanco, enojado por lo que calificó como “la invasión hispana de Texas”, abrió fuego contra los compradores de un Walmart en El Paso, Texas, y causó la muerte de 23 personas. Después, declaró a la policía que había querido matar a mexicanos.
Y a raíz de otro mortal tiroteo masivo sucedido el sábado en Búfalo, Nueva York, un hombre blanco fuertemente armado está acusado de matar a 10 personas después de atacar un supermercado en el lado este de la ciudad, donde predomina la población negra. Antes del ataque, el hombre publicó un extenso discurso en internet en el que afirmaba que los compradores que allí se encontraban procedían de una cultura que pretendía “remplazar étnicamente a mi propia gente”.
Tres tiroteos, tres objetivos diferentes, pero todos vinculados por una creencia en expansión y en constante evolución que ahora se conoce comúnmente como la teoría del reemplazo. En los extremos de la vida estadounidense, la teoría del reemplazo —la noción de que las élites occidentales, en ocasiones manipuladas por los judíos, quieren “remplazar” y quitarles el poder a los estadounidenses blancos— se ha convertido en una maquinaria de terror racista que en los últimos años ha inspirado una ola de tiroteos masivos e impulsó el mitin de derecha de 2017 en Charlottesville, Virginia, donde estalló la violencia.
Sin embargo, la teoría del reemplazo, que antes se limitaba a los febriles pantanos digitales de los foros de Reddit y a los oscuros sitios de nacionalistas blancos, ha llegado a la cultura convencional. A veces de manera más sutil, el miedo que esa teoría capta (el temor a un futuro Estados Unidos donde los blancos ya no son la mayoría numérica) se ha convertido en una fuerza potente en los medios de comunicación y la política conservadora, donde la teoría se cita y reformula para atraer audiencias, retuits y pequeñas donaciones.
Según su propio relato, el sospechoso de Búfalo, Payton Gendron, siguió un camino más solitario hacia la radicalización porque se sumergió en la teoría del reemplazo y en otros tipos de contenidos racistas y antisemitas que se encuentran con facilidad en los foros de internet, y considera a los estadounidenses negros, al igual que a los inmigrantes hispanos, como “sustitutos” de los estadounidenses blancos. Sin embargo, en los últimos meses, algunas versiones de las mismas ideas, matizadas y despojadas de temas explícitamente antinegros y antisemitas, se han convertido en algo habitual en el Partido Republicano: se expresan en voz alta en las audiencias del Congreso, se repiten en los anuncios de las campañas republicanas y son aceptadas por un conjunto cada vez mayor de candidatos de derecha y personalidades de los medios de comunicación.
Ninguna figura pública ha promocionado tanto, ni de manera tan incansable, la teoría del reemplazo como Tucker Carlson, el conductor de Fox News que ha convertido el supuesto cambio demográfico dirigido por la élite en un tema central de su programa desde 2016, cuando se incorporó a la programación del horario de máxima audiencia del canal. Una investigación de The New York Times publicada este mes mostró que, en más de 400 episodios de su programa, Carlson se ha encargado de amplificar la noción de que los políticos demócratas y otras élites diversas quieren forzar el cambio demográfico a través de la inmigración, y en ocasiones sus productores buscaron la materia prima de su programa en los mismos rincones oscuros de internet que el sospechoso del tiroteo en Búfalo.
“No es una tubería. Es una cloaca abierta”, dijo Chris Stirewalt, un exeditor de cobertura política de Fox News que fue despedido en 2020 tras defender la decisión de la cadena de declarar que el entonces candidato Joe Biden había ganado en Arizona y escribió un libro de próxima publicación sobre cómo los medios de comunicación avivan la ira para aumentar sus audiencias.
“Los conductores de los programas de la televisión por cable que buscan audiencia y los políticos en busca de pequeñas donaciones pueden ver qué historias y narrativas están provocando las reacciones más intensas entre los usuarios adictos en línea”, afirmó Stirewalt. Los sitios de redes sociales y los foros de internet, añadió, son “como grupos focales para la indignación más radical”.
Tan solo en el último año, personalidades republicanas como Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes y congresista por Georgia, así como Elise Stefanik, congresista de centroderecha por Nueva York que se ha convertido en una acólita de Donald Trump (y tercera republicana de mayor rango en la Cámara de Representantes), ya hablan de la teoría del reemplazo. En su aparición en Fox News, Gingrich declaró que los de izquierda intentaban “ahogar” a los “estadounidenses clásicos”.
En septiembre, Stefanik publicó en Facebook un anuncio para su campaña en el que afirmaba que los demócratas estaban conspirando para llevar a cabo “una INSURRECCIÓN ELECTORAL PERMANENTE” al otorgar “amnistía” a los inmigrantes que viven en el país sin documentos, lo cual, según su propaganda, “derrocará a nuestro electorado habitual y creará una mayoría liberal permanente en Washington”. Ese mismo mes, después de que la Liga Antidifamación, una organización de derechos civiles, pidió a Fox News que despidiera a Carlson, el representante republicano de Florida, Matt Gaetz, salió en defensa del conductor de televisión y de la teoría del reemplazo.
“@TuckerCarlson está en lo CORRECTO sobre la Teoría del reemplazo ya que explica lo que está sucediendo en Estados Unidos”, escribió Gaetz en Twitter. En una declaración posterior al tiroteo de Búfalo, Gaetz dijo: “Nunca he hablado de la teoría del reemplazo en términos raciales”.
Uno de cada tres adultos estadounidenses considera que se está realizando un esfuerzo “para sustituir a los estadounidenses nacidos en el país por inmigrantes con el fin de obtener beneficios electorales”, según una encuesta de The Associated Press publicada este mes. La consulta también reveló que las personas que ven sobre todo medios de comunicación de derecha, como Fox News, One American News Network y Newsmax, son más propensas a creer en la teoría del reemplazo que las que ven CNN o MSNBC.
nytimes.com