Los migrantes que llegan a la frontera siguen montándose a ciegas en autobuses que van a Nueva York bajo la promesa del gobierno de Texas de que en el norte les darán asistencia. Sin embargo, las autoridades dicen que Abbott no ha coordinado con ellos el envío de estos autobuses y que el sistema de albergues de la ciudad opera al límite.
Sin mayor información, John Benavides y Nidia Huertas decidieron montarse en los autobuses que el gobernador Greg Abbott dispuso para movilizar a migrantes a Nueva York sin cobrarles y así, según él, “aliviar a las saturadas comunidades de la frontera”. Viajaron unas 30 horas desde Eagle Pass sin saber quién iba a ayudarlos en su nuevo destino o cuáles podrían ser las consecuencias de moverse del estado en el que estaba asentado su caso migratorio. Llegaron a la “Gran Manzana” entre los primeros buses fletados por Texas.
Con ellos viajaron 38 personas, pero más de la mitad se fue bajando del autobús en distintos puntos del camino.
“Mandan a los migrantes a la deriva”, reclamó Benavides en entrevista con Noticiero Univision. “Dijeron que había un refugio en Boston, y en Boston nos dijeron que había un refugio acá, porque en el refugio de Boston solamente nos podíamos quedar de cuatro a cinco días nada más”, cuenta Huertas.
El viernes 5 de agosto llegó el primer autobús con 54 migrantes desde la frontera en Texas hasta Nueva York. Las autoridades de la ciudad no estaban al tanto de que eso pasaría, reclamó entonces el alcalde Eric Adams. Desde entonces, y por orden de Abbott, cada día más unidades han transportado a migrantes, como Benavides y Huertas, hasta la terminal de autobuses de la Autoridad Portuaria, en pleno Manhattan.
Esto es parte del pulso político que mantiene el republicano Greg Abbott con los demócratas a tres meses de las elecciones de mitad de periodo. Él ha condenado la política migratoria y “de fronteras abiertas” —como la cataloga— del gobierno de Joe Biden y ahora asegura que quiere compartir la carga de los migrantes con los gobiernos demócratas del noreste del país, como los de Nueva York y DC.
El alcalde Eric Adams ha recalcado que la ciudad de Nueva York sigue siendo un santuario para los migrantes. Sin embargo, critica la opacidad y falta de comunicación entre Abbott y su oficina para hacer el movimiento de estos migrantes de forma organizada: “En un primer momento él negó que los estaba enviando, hasta que se supo abiertamente y tuvo que admitir que estaba mandando a la gente fuera del estado de Texas sin ninguna coordinación con alguna de las ciudades que estaban en el camino”.
El comisionado de la alcaldía, Manuel Castro, dijo a Univision Noticias que los migrantes “llegan desorientados, no saben qué está sucediendo”. Contó el ejemplo de una familia con la que conversó y que viajaba con dos niños, uno de tres y otro de ocho años. Dice que no querían viajar a Nueva York sino a Wisconsin, donde los esperaban sus allegados: “Ahora no saben cómo llegar hasta allá”.
De un colapso al otro
En un comunicado este viernes, la Oficina del Gobernador de Texas informó que el estado ha transportado más de 6,800 migrantes a Washington DC desde abril y reconoció que desde el viernes pasado ha enviado a más de 360 a la ciudad de Nueva York: “La misión de los autobuses es dar un alivio necesario a nuestras comunidades de la frontera, que están colapsadas”, se lee. La mayoría de ellos son venezolanos.
Con esa cifra en constante crecimiento, la ciudad ha debido responder sobre la marcha con un sistema de albergues que ya estaba saturado, dicen sus autoridades. Desde mayo, explican, habían ingresado aproximadamente 5,000 solicitantes de asilo en los espacios disponibles. Ellos representan cerca del 10% del aumento de población en situación de calle en el censo de la ciudad. Adicionalmente, en promedio, están recibiendo al día a más de 100 migrantes más que buscan dónde dormir: “Un flujo de cerca de 4,000 personas requiere un número importante de nuevos centros para asegurar que tengamos espacios apropiados”, se lee en otro de los comunicados.
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Sin dinero y sin familia en Nueva York, los migrantes han buscado ayuda en organizaciones sin fines de lucro o en grupos de voluntarios que los han recibido al llegar a la Autoridad Portuaria de la ciudad. Albergues destinados para atender a personas en situación de calle han habilitado sus camas para recibirlos. Otros migrantes, al no saber a dónde acudir, han dormido en banquetas de los parques de la ciudad, cuenta el diario The New York Times.
Las presión por el envío sin consulta o planificación desde Texas a Nueva York ha llevado a las autoridades de la ‘Gran Manzana’ a pedir apoyo no solo a nivel federal sino de las organizaciones sin fines de lucro de la ciudad, que se han convertido en una pieza clave para la respuesta a los migrantes. Buscan no solo poder dar un techo, sino también brindar apoyo legal para orientarlos a cómo mover sus casos a Nueva York —o al que sea su destino final— para evitar que por ausencia entren en un proceso de deportación.
Castro explicó al diario Texas Tribune que ante la falta de comunicación de la oficina de Abbott con la de Adams para coordinar el envío de migrantes, se están apoyando en las redes creadas entre organizaciones sin fines de lucro en Texas y en Nueva York. Dice que son ellas quienes informan a las autoridades sobre la partida de un nuevo autobús, pero que también informan a los migrantes para que comprendan su situación antes de embarcarse a ciegas en un viaje de casi 2,000 millas desde el sur hasta el norte del país.
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