miércoles 9 de octubre de 2024 21:28 pm
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Al menos 11 misiles chinos alcanzaron el jueves los mares del norte, el sur y el este de Taiwán, menos de 24 horas después de que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, celebrara la isla como un baluarte de la democracia junto a la autocrática China. El Ejército Popular de Liberación declaró que sus misiles “alcanzaron todos sus objetivos con precisión”, aunque Japón dijo que cinco cayeron en sus aguas.

Los militares chinos calificaron las maniobras como el preludio de una mayor demostración de fuerza destinada a castigar a la isla por la visita de Pelosi que cuestionó las reivindicaciones de Pekín sobre Taiwán. Los ejercicios, que se acercan cada vez más a Taiwán y se espera que duren 72 horas, también darán a las fuerzas chinas una valiosa práctica en caso de que algún día se les ordene rodear y atacar la isla.

El máximo dirigente chino, Xi Jinping, ha dicho que espera unificar Taiwán y China por medio de una serie de medidas pacíficas, lo que forma parte de su visión para rejuvenecer a esa poderosa nación. Pero, al igual que sus predecesores, no ha descartado el uso de la fuerza, y el refuerzo militar de China ha llegado a un punto en el que algunos comandantes y analistas piensan que una invasión es un escenario cada vez más plausible, aunque todavía muy arriesgado.

Aunque un conflicto inminente es un escenario poco probable, los ejercicios han puesto a la región en vilo. Y las tensiones podrían escalar peligrosamente, especialmente si algo sale mal, como sucedió con los misiles que cayeron cerca de Japón, lo que es visto como una demostración de que China podría atacar a las fuerzas estadounidenses desplegadas en ese país y como una advertencia al gobierno de Tokio acerca del costo que implica su alianza con EE. UU.

El jueves, el gobierno japonés dijo que cinco misiles balísticos chinos habían caído en su zona económica exclusiva, la primera vez que algún misil aterrizaba en esas aguas. La zona se encuentra fuera de las aguas territoriales del país, por donde los barcos internacionales pueden transitar con libertad.

Otro misil, dijo el gobierno, aterrizó unos 80 kilómetros al noroeste de Yonaguni, una pequeña isla en el extremo sur de Japón y a poca distancia de Taiwán; el misil no cayó en la zona económica de Japón.

El gobierno japonés presentó una protesta diplomática ante el gobierno chino. “Se trata de un asunto grave que afecta a nuestra seguridad nacional y a la seguridad de la población”, declaró el ministro de Defensa japonés, Nobuo Kishi.

nytimes.com

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