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Un informe publicado por la organización AARP detalla cómo es la calidad de vida de las personas adultas en cada distrito electoral: el abismo de la diferencia de ingresos entre blancos y personas de color se hace más profundo.

La lista de desafíos de los adultos mayores en la Gran Manzana, no es corta: falta de viviendas asequibles, la discriminación por edad en el lugar de trabajo, las brechas en el acceso a la tecnología, inseguridad alimentaria, coordinación inadecuada de los servicios entre agencias gubernamentales, transporte público inaccesible, calles peligrosas, aislamiento social, deficiencias en la prestación de cuidados, necesidades de centros para personas mayores e insuficiencias en la atención domiciliaria…y un largo etcétera.

Pero desde esta semana los líderes electos de la Ciudad de Nueva York cuentan con una radiografía muy detallada que describe cuáles son los desafíos de los adultos mayores de 50 años, en los cincos condados, y en cada distrito electoral.

Se trata del reporte “Lo que los neoyorquinos mayores merecen. Plan de Acción 2.0” divulgado por AARP, una organización no partidista que aboga por la calidad de vida integral de esta población. Más que un diagnóstico, se ofrecen recomendaciones para que los formuladores de políticas se muevan rápidamente con algunas acciones ante los grandes abismos entre las comunidades blancas y de color. Y el aumento de los “síntomas” de la pobreza.

Algunos datos son desoladores: la diferencia media anual de ingresos familiares entre adultos mayores blancos y comunidades negras e hispanas, es igual o superior a $100.000 por año.

Además 37% ha sido el aumento de los neoyorquinos mayores que viven por debajo del umbral de la pobreza, en los últimos años. Mientras que la cantidad que vive en el sistema de refugios se triplicó.

Estas diferencias entre ambos grupos demográficos se hacen más notables en vecindarios del Alto Manhattan como Central Harlem y Hamilton Heights y Crown Heights en Brooklyn.

En los últimos doce años la presencia de ancianos en ‘el sistema de refugios ‘shelters’ ha llegado a picos de 17,000 personas.

“Los neoyorquinos mayores de 50 años ayudaron a construir nuestra ciudad y hacerla grandiosa. Se enfrentan hoy a muchas limitaciones. A través de soluciones políticas bien pensadas, podemos ayudarlos a envejecer felizmente en las comunidades que aman”, indicó Beth Finkel, directora estatal de AARP Nueva York.

Uno de los ángulos que expone este reporte es que llama la atención que la Ciudad lanzó el portal MyCity para ayudar a los residentes a acceder más fácilmente a los programas de beneficios. La primera fase de este servicio digital, está disponible solo para padres y cuidadores que soliciten cuidado infantil.

“Si bien las necesidades de las familias son importantes, también lo son 1.373.495 adultos mayores de la ciudad. Se debe poner a disposición de los adultos mayores el portal MyCity de manera inmediata”, recomiendan los investigadores en las conclusiones.

La tendencia son los recortes

También AARP promueve luchar contra todas las formas de discriminación por edad, en el proceso de contratación en puestos de trabajo. Esto incluye, revocar una decisión judicial injusta que hace que la discriminación por edad, sea más difícil de probar que la discriminación por motivos de raza o sexo.

Entre las propuestas concretas que serán peleadas por varios activistas a propósito del nuevo presupuesto del año fiscal 2025, es que la Ciudad incluya un crédito fiscal para los cuidadores familiares, lo que ayudará a abordar los desafíos financieros que enfrentan las comunidades en los vecindarios más pobres de mayoría hispana.

Por ello, este miércoles varios voluntarios y adultos mayores tomaron la sede del Concejo Municipal en el Bajo Manhattan para acercarse a concejales y distribuir este informe, que es una guía para que los legisladores locales entiendan que miles y miles de adultos mayores se enfrentan a los riesgos de recortes presupuestarios de programas vitales.

La puertorriqueña Devora Robles, residente de Manhattan trabaja de cerca con organizaciones que ofrecen servicios a los ancianos de la Gran Manzana. Como activista asegura que en los últimos años, más que aumentar los recursos en algunos programas, que son un soporte para estas comunidades, la tendencia son los recortes.

“La lógica nos dice que con un cheque de los beneficios del Seguro Social, nadie puede vivir en esta ciudad tan cara. Ciertos programas municipales y estatales son la compensación para que nuestros seniors puedan equilibrar sus propias cargas. Pero siempre tienes que chocar con la triste realidad de que cada vez hay menos fondos”, destaca la boricua.

A Devora le sorprende no solo los precios de la renta, sino los costos elevados de la factura eléctrica y las medicinas. También adiciona la lentitud en la respuesta de las oficiales de programas federales y estatales, en donde se solicita apoyo para pagar a un cuidador familiar o externo, para que los adultos puedan mantenerse en sus casas.

“Es mucho más económico para el gobierno y menos traumático para todos, que nuestros adultos puedan mantenerse en casa, y no sean llevados a un centro de cuidado de largo plazo o un ‘nursing home’. Pero lo que se observa es que estos procesos son lentos, porque supuestamente no hay chavos (dinero) para más personal !Esto es inaceptable!”, observó la boricua.

“Nosotros votamos”

Asimismo, la jubilada dominicana, Esperanza Galván, de 68 años, cuenta que su vecina asiática en el Bajo Manhattan, que vivía sola, y solo contaba con sus vecinos, murió esperando por seis meses que le asignaran a un cuidador domiciliario a través de los programas del Medicaid: “Es absolutamente ridículo y triste que en la ciudad más rica del país, tengamos que escuchar estas historias de personas que contribuyeron por años con nuestra economía”.

Los residentes mayores de 50 años representan casi un tercio de la población de la ciudad de Nueva York y está creciendo rápidamente.

Según un informe reciente del Centro para un Futuro Urbano, la población de 65 años o más de la ciudad de Nueva York aumentó un 36%, o más de 800,000 personas, durante la última década, mientras que el resto de la población se redujo en casi medio millón.

Los adultos mayores siguen siendo en la Gran Manzana la fuerza impulsora de la economía, la vida cultural y la base de voluntarios de Nueva York. También representan el bloque de mayor participación electoral.

“Tenemos fuerza suficiente todavía para salir a la calle y reclamar. Y le podemos recordar a nuestros líderes electos que nosotros sí votamos, sí participamos, tenemos más conciencia ciudadana que la mayoría de los jóvenes”, aseveró Esperanza.

Con base a la encuesta de AARP dos tercios de los votantes de la ciudad de Nueva York tiene la expectativa de ser cuidador de algún familiar en los próximos cinco años, a la vez, ocho de cada 10 cree que es muy importante que la ciudad apoye a los cuidadores familiares. Pero solo uno, de cada cinco, cree que estos programas funcionan eficientemente.

“No deberíamos estar peleando por fondos”

Para el liderazgo comunitario de la Ciudad de Nueva York y para los propulsores de políticas de AARP, es momento de garantizar que la municipalidad inyecte más recursos al ‘Plan de Atención Comunitaria de 5 años’ y asegurar la distribución equitativa de fondos para los proveedores.

Este plan creado por el exalcalde Bill de Blasio, inició después de la pandemia, con una inversión de $58 millones, para empezar a crear una red de nuevos centros y servicios para el bienestar de los neoyorquinos que están envejeciendo en sus hogares, en los vecindarios más vulnerables.

“En este momento cuando la Ciudad invierte millones y millones en personas recién llegadas, nosotros no deberíamos estar empujando y protestando en las calles, por más fondos para programas para quienes han dejado el cuero trabajando por décadas. Aqui no deben arrebatar fondos a programas de quienes hemos construido Nueva York. Ese dinero no se toca“, reclamó el jubilado dominicano, Cristóbal Jimenez, de 65 años.

“En este momento cuando la Ciudad invierte millones y millones en personas recién llegadas, nosotros no deberíamos estar empujando y protestando en las calles, por más fondos para programas para quienes han dejado el cuero trabajando por décadas. Aqui no deben arrebatar fondos a programas de quienes hemos construido Nueva York. Ese dinero no se toca“, reclamó el jubilado dominicano, Cristóbal Jimenez, de 65 años.

La investigación presentada por AARP considera casi como una emergencia humanitaria que se amplíen dos programas para adultos mayores, que contrarresten la calamidad del problema de vivienda: Exención de Aumento de Alquiler por Discapacidad (DRIE) y la Exención de aumento de alquiler para personas mayores (SCRIE)

De igual forma, se exige un incremento de los fondos asignados para programas de comidas a domicilio para garantizar que más neoyorquinos mayores elegibles puedan acceder a dos comidas por día, siete días a la semana, con opciones de alimentos culturalmente apropiados.

El Congreso legisla por los adultos mayores

Mientras surgen ideas y presiones para más protecciones para los ancianos de la ciudad de la Gran Manzana, la senadora neoyorquina Kirsten Gillibrand y el senador estadounidense Bob Casey presentaron esta semana la Ley del Plan Estratégico para el Envejecimiento, un proyecto de ley que crearía un nuevo programa de subvenciones a nivel nacional bajo la Ley de Estadounidenses Mayores (OAA).

El anteproyecto incentivaría los esfuerzos de los estados para crear sus propios planes estratégicos para el envejecimiento. El objetivo final es orientar inversiones inteligentes para garantizar que los adultos mayores, puedan vivir con dignidad en el entorno de su elección.

En el país hay más de 57 millones de estadounidenses de 65 años o más, y como se espera que esa cifra aumente a más de 80 millones para 2040, se aspira a que los gobiernos estatales y locales estén preparados para abordar las necesidades de esta población.

“Nuestro plan proporcionaría millones de dólares para que los estados desarrollen sus propios planes estratégicos para el envejecimiento, desde la inseguridad alimentaria y de vivienda, hasta los costos de atención médica disparados, los ahorros insuficientes para la jubilación y las enfermedades de las personas mayores”, remató la senadora Gillibrand.

Discriminados y aislados:

78 por ciento de los encuestados entre 40 y 65 años informaron haber visto o experimentado discriminación por su edad de acuerdo con una encuesta de AARP.

1 de cada diez adultos mayores de NYC padece inseguridad alimentaria.

42% de los adultos mayores no tienen ningún acceso a la tecnología debido a que no tienen conexión con internet.

Por Fernando Martínez

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