Varias fuentes señalaron que Cruciani fue alojado en el Centro Eric M. Taylor, siendo hallado sin vida en un área de ducha común después de supuestamente pararse en una silla y usar un trozo de tela para ahorcarse.
El neurólogo hispano de origen argentino Ricardo Cruciani fue hallado sin vida en un presunto suicido en la cárcel de Rikers Island en la madrugada del lunes, mientras se encontraba arrestado por abusar sexualmente de pacientes.
Cruciani fue condenado el pasado 29 de julio por un jurado luego de que seis expacientes testificaran en su contra y un juez revocara su fianza de $1 millón de dólares cuando fue condenado. Su sentencia, que sería entre 25 años de cárcel y cadena perpetua, iba a darse a conocer el 14 de septiembre.
Los fiscales señalaron durante su juicio que las víctimas, incluyendo una mujer discapacitada, declararon que Cruciani amenazaría con suicidarse si alguno de ellos revelaba sus crímenes, informó el NY Daily News.
Según señalaron varias fuentes, Cruciani, quien fue arrestado en 2018, fue alojado en el Centro Eric M. Taylor. El lunes temprano ingresó a un área de ducha común, se paró en una silla y usó un trozo de tela para ahorcarse. Presuntamente no hubo ningún oficial de piso caminando por la unidad donde se asignó a Cruciani, indicaron dos fuentes al Daily News.
Cruciani fue condenado por un jurado luego de tres días de deliberaciones. Fue hallado culpable de 12 cargos, incluidos dos por violación, siete cargos de actos sexuales delictivos y un cargo de agresión sexual depredadora, abuso sexual e intento de violación.
Por su parte, el comisionado del Departamento Correccional de la ciudad de Nueva York, Luis Molina, dijo en un comunicado al New York Times que estaba “profundamente entristecido” por la muerte de alguien bajo custodia.
“Haremos una revisión interna preliminar para determinar las circunstancias que rodearon su muerte”, manifestó Molina. “Nuestros pensamientos y oraciones están con sus seres queridos”.
Los fiscales acusaron a Cruciani de aprovechar su entrenamiento psiquiátrico para manipular a sus pacientes. Les recetaba analgésicos en exceso y luego les exigía favores sexuales.
Se conoció que Cruciani negó las acusaciones de abuso sexual. Su abogado, Fred Sosinsky, había indicado luego de conocerse el veredicto que iba a apelar la decisión.
Cruciani aún enfrentaba cargos federales basados en acusaciones de abuso contra pacientes en sus oficinas de la ciudad de Nueva York, Filadelfia y Nueva Jersey en un transcurso de 15 años.
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