viernes 26 de julio de 2024 20:49 pm

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Un tipo de baterías utilizadas en el espacio pueden abrir la puerta a la autonomía sostenible del futuro.

Cuando imaginamos tecnologías ideadas por la NASA, en pocas ocasiones tenemos en cuenta que algunas de las mismas pueden regresar a la Tierra y ser útiles en diversos sectores de la sociedad. Y esto es lo que imaginaron desde la compañía EnerVenue y lo que están haciendo realidad: convertir una tecnología espacial de almacenaje de energía en baterías que duran décadas. No importa sólo el tipo de energía renovable utilizada, sino también la manera en que ésta se guarda para su uso.

La NASA y su tecnología espacial inspiran las baterías del futuro
La empresa EnerVenue presume de estar a la vanguardia en el almacenamiento de energía, y es que utilizar tecnología de la NASA para sus propósitos parece algo más que una buena idea. Un profesor de Stanford, Yi Cui, fue capaz de conseguir que la tecnología de baterías de níquel-hidrógeno, que la NASA ha usado durante décadas en la Estación Espacial Internacional o en el telescopio espacial Hubble, acabase siendo viable a través del uso de materiales que hacen que los costes de producción de esta tecnología caigan en picado.

Estas baterías de níquel-hidrógeno son utilizadas en el espacio exterior, debido a que tienen una larga duración, son más seguras y, además, son capaces de resistir amplios rangos de temperaturas. Y no parece que aquí se detengan sus ventajas, no. La tecnología ideada por la NASA es completamente reciclable, no produce ningún tipo de desecho y no existe riesgo de incendio en los procesos químicos que se generan. Eso sí, tienen la mayor de todas las contrapartidas: son increíblemente costosas de producir.

Tal y como explica la compañía en su página web, lo que habitualmente se conocen como celdas que componen las baterías convencionales se han pasado a denominar ‘Energy Storage Vessels’. Estamos hablando de un sistema de almacenamiento de energía que se compone de estructuras donde amontonar estos envases, que la empresa asegura que pueden tienen una vida útil de 30 años, 30.000 ciclos de carga y 3 ciclos diarios.

De hecho, incluso al final de su vida, los recipientes son capaces de aún tener un 86% de su capacidad de almacenaje. Jorg Heinemann, CEO de la empresa, en declaraciones recogidas por el medio Interesting Engineering, afirma que:

El almacenamiento juega un papel fundamental en asegurarse que el exceso de energía es capturado y utilizado cuando se necesita, resultando en mezclas energéticas menos intensivas en carbono y una distribución más estable de la energía. Nuestra tecnología es mucho más segura que la de iones de litio. Proporciona una mayor flexibilidad en términos de cada cuánto y durante cuanto tiempos puede ser descargada y dura más de tres veces mientras retiene casi toda su capacidad original.

mundodeportivo.com

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