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El colesterol elevado es un factor de riesgo cardiovascular. Aprende cómo medirlo, reducirlo y prevenirlo eficazmente.

El colesterol es una sustancia esencial para el buen funcionamiento del organismo, ya que interviene en la formación de células y hormonas. Sin embargo, cuando sus niveles en sangre son elevados, puede ser perjudicial para la salud cardiovascular.

Un exceso de colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”, es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar aterosclerosis, una enfermedad en la que las arterias se obstruyen, aumentando el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.

En el siguiente artículo, explicaremos cómo se mide el colesterol, cuál es el tratamiento más eficaz para reducirlo y, sobre todo, cómo prevenir sus niveles elevados.

¿Qué es el colesterol y por qué es importante?

El colesterol es un tipo de grasa que el cuerpo necesita para producir hormonas, vitamina D y sustancias que ayudan a digerir los alimentos. Se encuentra en todas las células del cuerpo y es transportado por la sangre en partículas llamadas lipoproteínas.

Existen dos tipos principales de colesterol:

1. Colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad): también conocido como “colesterol malo”, es el que puede acumularse en las paredes de las arterias, formando placas que dificultan el flujo de sangre y aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

2. Colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad): llamado “colesterol bueno”, este tipo se encarga de eliminar el exceso de colesterol de las arterias y llevarlo de vuelta al hígado para su eliminación.

¿Cómo se mide el colesterol?

La medición del colesterol se realiza mediante un análisis de sangre conocido como perfil lipídico. Este examen mide los niveles de:

Colesterol total: es la suma del colesterol LDL, HDL y otros componentes grasos en la sangre.

Colesterol LDL: este es el que más preocupa cuando está elevado, ya que contribuye a la formación de placas en las arterias.

Colesterol HDL: niveles más altos de HDL son beneficiosos porque ayudan a eliminar el colesterol LDL de las arterias.

Triglicéridos: son otro tipo de grasa en la sangre que, en niveles altos, también pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.

Según el médico especialista en lípidos Alberto Lorenzatti, codirector del Instituto Médico DAMIC, los niveles ideales de colesterol LDL varían en función del riesgo cardiovascular de cada persona. En individuos con bajo riesgo, los niveles de LDL deben mantenerse por debajo de 116 mg/dL. Sin embargo, en personas con alto riesgo o con antecedentes de problemas cardíacos, se recomienda que este valor esté por debajo de 55 mg/dL.

¿Cuál es el mejor tratamiento para reducir el colesterol?

El tratamiento del colesterol alto depende de varios factores, como los antecedentes familiares, la edad y el estado general de salud de la persona. Aunque llevar un estilo de vida saludable es fundamental, muchas veces es necesario recurrir a tratamiento farmacológico para controlar los niveles de colesterol.

Uno de los medicamentos más utilizados para reducir el colesterol son las estatinas. Estas sustancias inhiben una enzima en el hígado responsable de la producción de colesterol. Según diversos estudios, las estatinas han demostrado ser muy eficaces para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares graves, como infartos y accidentes cerebrovasculares. Además, en personas con antecedentes familiares de hipercolesterolemia, las estatinas pueden ayudar a evitar enfermedades coronarias prematuras.

No obstante, el tratamiento debe ser siempre supervisado por un médico, ya que las necesidades de cada paciente pueden variar. En algunos casos, además de las estatinas, se pueden prescribir otros medicamentos como los inhibidores de la absorción de colesterol o los fibratos, que también contribuyen a reducir los niveles de lípidos en sangre.

Hábitos de vida para prevenir el colesterol alto

Aunque los medicamentos son efectivos para controlar el colesterol, la prevención sigue siendo la mejor estrategia para mantener los niveles de colesterol dentro de los rangos saludables. Adoptar hábitos de vida saludables es clave para prevenir el aumento del colesterol LDL y mantener los niveles de HDL elevados.

Algunos de los hábitos más recomendados incluyen:

Seguir una dieta equilibrada: una alimentación rica en frutas, verduras, legumbres y granos enteros es esencial para mantener los niveles de colesterol bajo control. Además, es importante consumir grasas saludables, como las presentes en el aceite de oliva, aguacates y pescados ricos en omega-3, mientras se evitan las grasas saturadas y trans presentes en alimentos procesados y frituras.

Hacer ejercicio regularmente: el ejercicio físico ayuda a aumentar los niveles de colesterol HDL y a reducir los de LDL. Se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada, como caminar, nadar o andar en bicicleta, la mayoría de los días de la semana.

Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol: el tabaquismo reduce los niveles de colesterol HDL, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Asimismo, el consumo excesivo de alcohol puede elevar los niveles de triglicéridos y colesterol.

Mantener un peso saludable: el sobrepeso o la obesidad están asociados con niveles elevados de colesterol LDL y triglicéridos. Perder peso de manera gradual y mantener un peso adecuado es crucial para reducir estos niveles.

Reducir el estrés: el estrés crónico puede afectar negativamente la salud del corazón. Técnicas como la meditación, el yoga y la práctica de la respiración profunda pueden ayudar a gestionar el estrés y, por ende, contribuir al bienestar cardiovascular.

El colesterol elevado es un factor de riesgo clave para las enfermedades cardiovasculares, pero es posible controlarlo y prevenirlo con un enfoque integral. La medición regular, el tratamiento adecuado y la adopción de hábitos saludables pueden marcar la diferencia en la salud de tu corazón. Mantén un control adecuado de tus niveles de colesterol y consulta a un médico para recibir un tratamiento personalizado según tu riesgo cardiovascular.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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