Santo Domingo.- Leonel Fernández, líder y fundador de la Fuerza del Pueblo (FP), enfrenta disidencias internas que podrían desencadenar una división futura en el partido. La lucha por la Secretaría General de la FP ha generado tensiones y podría ser el inicio de una escalada de conflictos internos.
La Secretaría General, la máxima posición dentro del partido tras la presidencia, es aspirada por los exsenadores Franklin Rodríguez y Dionis Sánchez, mientras que Antonio Florián (Peñita) busca mantenerse en el cargo. A simple vista, parece un proceso normal, pero la línea de dirigentes cercana a Fernández considera que Peñita debe repetir, sintiéndose en deuda con él.
Fue precisamente Peñita quien gestionó la salida de Fernández del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su transformación en lo que hoy se conoce como la Fuerza del Pueblo. No fue un proceso fácil; enfrentaron obstáculos legales, incluidas negaciones de nombres por parte del entonces oficialista PLD y la resistencia de algunos fundadores del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD).
Finalmente, lograron ser oficializados antes de las elecciones de 2020 y consiguieron la inscripción de la candidatura de Leonel Fernández como aspirante presidencial, luego de estar prohibido por ley. Obtuvieron una sentencia favorable del Tribunal Constitucional.
Peñita es visto como un líder orgánico pese a tener limitaciones visuales, pero algunos creen que se necesita mayor operatividad desde la posición de secretario general. Tanto Franklin como Dionis son hombres de confianza de Leonel.
Sin embargo, la impetuosidad que caracteriza a los legisladores parece haber sido frenada por Fernández. Ya hay señales: Manolo Pichardo, quien también aspiraba a ser secretario general, declinó sus aspiraciones a favor de Peñita.
Al margen, figuras como Radhamés Jiménez y Roberto Rosario no han sacado cabeza. El primero, además de su posición como vicepresidente del partido, realizó labores de secretario general en su momento.
La respuesta de Antonio Florián (Peñita) a las declaraciones de Danilo Medina, quien acusó a los dirigentes del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD) de haber vendido la franquicia a Leonel Fernández, fue mucho más que una simple réplica a un adversario político. En realidad, se trató de un recordatorio y una advertencia para los propios integrantes de la Fuerza del Pueblo (FP): sin él, el partido que hoy defienden no existiría o, en el mejor de los casos, su conformación habría sido mucho más lenta y complicada.
Peñita no solo desestimó la acusación de Medina, sino que aprovechó el momento para subrayar su rol determinante en la transición del PTD a la Fuerza del Pueblo.